Nuevo Creyente (Bautizo)

Los cristianos se bautizan porque es una ordenanza que Jesús estableció para su iglesia. El bautismo es un acto de obediencia, de fe y de testimonio. Al bautizarse, los cristianos declaran públicamente que han creído en Jesús como su Salvador y Señor, que han muerto al pecado y que han resucitado a una nueva vida en el Espíritu Santo. El bautismo también representa la unión con Cristo y con su cuerpo, que es la iglesia. El bautismo es una señal externa de una realidad interna: la gracia de Dios que nos salva por medio de la sangre de Jesús.

 

La Biblia enseña que el bautismo debe hacerse en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo (Mateo 28:19), y que debe ser por inmersión en agua, simbolizando la sepultura y la resurrección con Cristo (Romanos 6:3-4). El bautismo no es un requisito para la salvación, sino una respuesta a la salvación. El bautismo no nos hace cristianos, sino que muestra que ya lo somos. El bautismo no nos limpia del pecado, sino que expresa que ya hemos sido limpiados por la fe en Jesús. El bautismo es un acto de amor y de gratitud hacia Dios, que nos ha dado el don de la vida eterna.

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